viernes, 19 de agosto de 2011

Playa, historia y glamour



¿Quieres playa? Las hermosas calas de la costa brava…
¿Te apetece un poco de historia? La ciudad francesa de Carcassonne…
O si quizás prefieres unas vacaciones de lo más “in”, la costa azul es tu destino…
Pero si no estás dispuest@ a renunciar a ninguna de las tres cosas, te proponemos un recorrido de lo más variopinto.
Esta vez nuestro viaje de vacaciones empieza en los pirineos catalanes. En busca de playa  y sol, nos fuimos a pasar unos días a la costa brava, a un pequeño pueblo llamado San Antoni de Calonge.  El tiempo no nos acompañó, pero esta zona está llena de lugares de interés turístico para disfrutar.
Desde la bonita ciudad de Girona, hasta pueblos medievales como Pals o Peratallada, que conservan la esencia de otros tiempos. En Pals puedes pasear por sus calles y visitar La torreo de les Hores, la Iglesia de Sant Pere y el Mirador del Pedró.





La costa brava cuenta también con unas playas y calas increíbles de aguas trasparentes, en preciosos pueblos como Cadaques o Llafranc.
Cadaqués es un pueblo pesquero de casas blancas y calles estrechas y empedradas, con una gran oferta cultural de arte, por ser el pueblo donde Salvador Dalí estableció su residencia.

Y en Llafranc se encuentra una de las mejores calas y vistas de toda la costa brava.


Si vais y os apetece también un poco de shopping y fiesta, no dejéis de visitar Platja d’Aro. Su gran avenida está llena de tiendas y restaurantes para pasar una buena tarde.
Muy cerquita de Platja de’Aro, está Sant Feliu de Guixols, otro precioso pueblo para tomarte un helado y dar una vuelta junto al paseo marítimo.
Y para los que os gusten los deportes de agua, la costa brava y en concreto las Islas Medas (declaradas reserva marítima) es un lugar ideal para el submarinismo, porque tiene uno de los mejores fondos marítimos de toda España.
Tras 7 días de playa, helados y paseos junto al mar, abandonamos la costa brava destino Francia. Nuestra primera parada es Carcassonne,  una ciudad medieval con mucho encanto.
La parte más conocida, La ciudadela, te traslada a otra época. Es una ciudad medieval fortificada que alberga en su interior una basílica, un castillo y hasta un teatro  llenos de historia. Y hoy en día, aparte de visitar todos estos lugares, puedes comer o cenar en los numerosos restaurantes que allí se encuentran.

Recomiendo desayunar en la cafetería que está nada más entrar en la ciudadela.
 Y por supuesto el hotel donde nos alojamos. Está justo delante de esta ciudad medieval (aunque un poco más retirado del centro), pero merece la pena. El personal es muy amable y el hotel, aunque es pequeñito, es bastante acogedor y moderno. http://www.hotel-octroi.fr/

Pero nuestro camino debía continuar, y de la época medieval nos trasladamos al siglo XIX.
Aix en Provence, la capital de la Provenza fue nuestro siguiente destino. Es una ciudad preciosa, con un cielo azul increíble, ideal para pasear y disfrutar de sus numerosas terrazas al aire libre. Además, en esta ciudad y sus alrededores fue donde Cézanne encontró su inspiración.

Si te interesa el arte y la vida de este pintor te recomendamos hacer el circuito urbano, señalizado con “los clavos de Cézanne”, para descubrir los lugares en los que este pintor dejó su huella (café les 2 Garçons, colegio Mignet, universidades, iglesias...).
Además, este recorrido empieza en la oficina de turismo, justo al lado de nuestro hotel ;)
Acabamos de llegar a la mitad del recorrido francés, y abandonamos Aix para dirigirnos a la costa azul. Nuestro primer destino fue Niza, la capital de la Riviera francesa, una ciudad elegante y muy animada.
Nos encantó pasear por las callejuelas del casco viejo y descubrir sus barrios, mercados y plazoletas.

Pero sin duda, una de las mejores partes de la ciudad es el famoso Paseo de los Ingleses, el paseo marítimo, que bordea la curva de una de las más hermosas bahías del mundo: la Bahía de los Ángeles. Dicen de él que es la calle más elegante del mundo, y es cierto que paseando por allí te sientes como una auténtica estrella, rodeados de casinos, hoteles de lujo  y palacios.
Y aquí va otra recomendación, entrar si podéis en el hotel Negresco. Un impresionante hotel de lujo que alberga en su interior un auténtico museo. En el vestíbulo del hotel hay clásicas e históricas pinturas de los retratos reales del Salon Louis XIV y del Salon Royal así como obras de artistas contemporáneos como Moretti o Dali. Por todo el hotel hay representados períodos épicos de la historia de Francia.


Claro que os saldrá más barato ir sólo a visitarlo y alojaros en cualquiera de los hoteles que hay por toda la ciudad. ¡Os dejamos el nuestro! http://www.bestwestern-new-york-nice.h-rez.com/
Pese a este derroche de lujo, el cuerpo nos pedía más glamour, así que no dudamos en visitar una ciudad de lo más “in”: Cannes, y el país del lujo por excelencia: ¡Mónaco!
Lo cierto es que de Cannes, no os puedo contar demasiado. Cuando llegamos llovía a mares, así que esto hizo que nuestra visita fuera más corta de lo previsto. Tan sólo paseamos un poco por su célebre Boulevard de la Croisette, y contemplamos junto al mar los impresionantes yates que están amarrados en el puerto.
Espero volver algún día con mejor tiempo, y si puede ser (y puesto que nos dedicamos al mundo de la publicidad) a recoger un León de Oro, en uno de los festivales de publicidad con más renombre.
Por suerte, el tiempo mejoró mucho el día que fuimos a Mónaco, lo que nos permitió pasar en este diminuto país, un rato muy agradable.
Visitamos el Palacio Principesco, la catedral, y el edificio que alberga el Museo Oceanográfico y el Acuario, del cual dicen que su fachada es considerada una obra maestra de arquitectura monumental.
En el museo Oceanográfico había una exposición de la boda de los Príncipes, así que pudimos ver sus trajes, el coche oficial, y hasta las invitaciones. Solo puedo decir una cosa: es curioso ver esta exposición entre peces disecados…

Después paseamos por el paseo marítimo y contemplamos con curiosidad el lujo que desprende la ciudad y sus gentes… Una mañana es suficiente para visitar los sitios más emblemáticos.
Y cómo colofón a este viaje, nos quisimos acercar a Mentón, un pequeño pueblo pegado a la frontera con Italia. Es ya el último pueblo de Francia y dicen de él que es una de las ciudades más aristocráticas de la Costa Azul por ser retiro de millonarios.

Y aquí, junto al mar, os dejamos. Nuestro recorrido se acaba, pero algún día lo retomaremos en este pueblo costero para empezar… ¡una nueva aventura a la italiana!

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